Este fue un caso muy particular ya que el sistema CAULA vigente entonces, y que calificaba la solidez del capital, los activos, las utilidades, la liquidez y la administración de las entidades bancarias, daba el máximo puntaje al Alemán hasta el día anterior al que estalló la bomba y que motivó la intervención y posterior quiebra. El “chiste” le costó al BCP casi US$ 20 millones de entonces convirtiéndose además en cabeza de varios procesos por recuperación de depósitos que dieron trabajo a abogados durante años.
Editorial
Timbre de alarma para el Banco Central
Aunque el símil resulte un tanto exagerado, la intervención y disolución por orden del BCP de la financiera Cefisa sacó del pasado reciente la quiebra del Banco Alemán ocurrida en 2002 y que dejó un tendal de víctimas.