Este aforismo es muy citado por quienes suelen apurar la adopción de medidas urgentes que inviertan una determinada dirección, por ejemplo, en el mundo de los negocios, antes de que los acontecimientos se precipiten y todo sea pura pérdida. Es el caso de la posibilidad de exportar bienes a China que hasta ahora se mantiene en potencial mientras en el otro platillo de la balanza, el 29,5% de las importaciones paraguayas registradas al tercer trimestre de este año proviene del gigante asiático.