Nadie más peligroso para los bienes del Estado que un político en campaña. Ya nos ocupamos de uno que concibió la calenturienta idea de transmutar el programa de alimentación escolar en planes sociales, iniciativa que de inmediato, por fortuna, fue cubierta de pullas y condenas varias. Pero este es un capítulo ínfimo si lo comparamos con otro de dimensiones infinitamente mayores, la ANDE.
Editorial
Narnia se esfumó. Queda la ANDE
La ralea política de baja intensidad sigue pensando en la “ubre nutricia” de la ANDE enchufada a otro “maná del cielo”, Itaipú, de recursos inagotables.