Esto no es bueno ni malo, es la realidad de un fenómeno natural que escapa por completo a la voluntad del hombre. Como país mediterráneo, el Paraguay vive atado a la tiranía de dos ríos que marcan su destino. Esto lo sabemos desde que Sebastián Gaboto navegó la cuenca aguas arriba descubriendo nuevas tierras y sus posibilidades de explotación económica. A partir de allí, los ríos son la sangre vital del comercio… pero sin plan B para sortear los malos humores hidrográficos. Aunque el transporte por carreteras ha alcanzado un desarrollo considerable, no suple la masividad de la logística fluvial, en especial las grandes cargas a granel.
Editorial
El tren como plan B para cargas masivas
El río Paraguay frente a Asunción medía ayer 0,26 centímetros por encima del cero hidrográfico. El 22 de noviembre el hidrógrafo marcaba 3,54 metros, lo cual significa que en apenas 30 días el río perdió 3,28 metros. Semejante oscilación es natural en el Paraná en su tramo superior, que puede ganar o perder hasta un metro por día. Pero no en un río de llanura como el Paraguay.