El Fondo Monetario Internacional podría ser un buen aliado en la compleja tarea de reformar la caja fiscal, cuyo rojo operativo está alcanzando dimensiones que preocupan. Pero antes de cerrar tratos con este organismo que tiene reglas y condicionamientos muy estrictos, la pregunta que hay que hacer es: ¿Hay voluntad política para ejecutar los cambios? Sin entrar en tecnicismo complicados, una comparación puede suministrar una línea de análisis. ¿Por qué la caja de empleados públicos logra cerrar con superávit (89% según los últimos reportes de Hacienda) mientras militares y policías acumulan un déficit de 72% y 59%, respectivamente? Una primera explicación dice que mientras en la caja de funcionarios los ingresos duplican a los gastos, en la de uniformados es al revés, gastan el doble de lo que reciben. Balancear estas cuentas siempre termina igual: de algún lado, y a alto costo, sale el dinero que falta.
Editorial
Caja fiscal: ¿Y la voluntad política?
El Fondo Monetario Internacional puede ser un buen aliado en la tarea de reformar la caja fiscal, cuyo rojo operativo no deja de preocupar. Pero antes de cerrar tratos con este organismo que tiene condicionamientos muy estrictos, la pregunta que es: ¿Hay voluntad política para ejecutar los cambios? Con o sin FMI, la clave será cuán dispuesto está el enfermo a colaborar con la cura. La era de la plata fácil se acabó, para todos.