Históricamente, toda crisis en la economía argentina termina impactando en el Paraguay. Es de manual. Cada turbulencia política en nuestro vecino va asociada indefectiblemente a procesos de inflación, depreciación monetaria, inestabilidad cambiaria y alteraciones en las condiciones de su comercio exterior. Ahogada por una deuda externa impagable y un déficit interno descomunal, la conducción política está arbitrando medidas extremas al quedarse sin reservas monetarias. Esto vuelve casi imposibles las importaciones para una maquinaria industrial y productiva que depende hasta en un 40% de insumos extranjeros.