Sábado de tarde, aún con ese calor de 37°C me animo a preparar un tereré, calzarme ropa deportiva y salir de casa a las 16:00 horas. Voy en dirección al parque de la Ciclovía de San Lorenzo, ese que hacía un tiempo no visitaba. El acceso principal estaba bloqueado por unos enormes tractores y camiones que hacían excavaciones. Tocó dar la vuelta y encontré, para mi sorpresa, nuevos ingresos laterales.
Columnas
Una tarde en el parque
Me detuve a mirar a mi alrededor. El sonido del agua, niños andando en bicicleta, unos chicos haciendo picadas con la pelota, parejas acostadas en un pasto perfectamente cortado, adolescentes en patineta, todo era tranquilo, tan perfecto que hasta por momentos me preguntaba si realmente estaba en mi país.