Veamos. El aprendiz tiene entre 18 a 25 años. Debe aprender porque todavía no está preparado. Estos dicen que ganan menos de lo que deberían ganar. Puede ser, con relación a lo producen. Pero la diferencia entre lo que ganan y lo que deberían ganar es lo que pagan para aprender. Es como la cuota de una facultad más el costo de los errores que de seguro suelen ocasionar. No es bueno quejarse de eso. Imaginen un joven de 21 años siendo el asistente de un gran empresario, de mi época, como podrían ser don Enrique Biederman, Ricardo Cameroni, Miguel Carrizosa Alfaro o Rolando Niella. Es como un posgrado con la mano en la masa, antes de terminar la carrera de grado.