Sentado en un vetusto y despintado banco de madera, con una vieja maleta de cuero entre las manos, su mirada se perdía en el horizonte, como si buscara allí respuestas que no llegaban. Había perdido su empleo hacía tres meses, y la incertidumbre le pesaba más que el calor sofocante.
Columnas
La maleta vacía en la estación de Sapucai
Amanecía en la estación de tren de Sapucai. Ese aire fresco que se sentía esa madrugada de enero, tan diferente del calor agobiante del verano paraguayo que parecía derretir hasta los pensamientos, traía consigo un tenue susurro de promesas para el nuevo año. Pero Mario no podía sentirlas.