Cuando caía el sol y se marcaba el inicio de la noche, él salía por esas calles oscuras llevando una lámpara encendida. Pero lo particular del hecho se daba en que “el abuelo” era totalmente ciego.
Columnas
La lámpara del abuelo ciego
Hace muchos… pero muchos años atrás, cuando aún no se conocía la luz eléctrica, ni se usaban aquellas vetustas farolas que trataban de iluminar las calles del pueblo, vivía un hombre, ya anciano, que habitualmente caminaba por las noches por las callejuelas de aquel pequeño poblado. Lo llamaban simplemente “el abuelo”.