Es decir, el conocimiento utilitario. El aprendizaje utilizando la inteligencia, en ambientes corporativos, comenzó con René Descartes que decía que debemos aprender a transformar información visual en órdenes musculares. Claro, estaba en la era del trabajo físico preeminente por sobre el intelectual. Convertir la visión en realidad es la tarea de los lideres. Si uno logra ajustar los parámetros de un modelo mental, entonces, está aprendiendo. Lo más importante para un gerente es ajustar el ángulo de la visión. Así es como los bebés aprenden un idioma, dicen. Un bebé paraguayo cuya madre sólo habla el guaraní debe ajustar todas las vocales y consonantes, en categorías de sonidos, que emite su mamá, que son utilizadas por la lengua indígena, para ubicar las fronteras entre las categorías. No es lo mismo el orden de las palabras de un idioma versus otro. En algunos el verbo va después del sujeto y en otros el orden es inverso. Las normas y estándares son aprehendidos y entonces acontece el aprendizaje. Si el profesor o la madre pervierten las normas, o las desconocen, uno termina hablando como un paraguayo. Plop. No aprendió nada. Es sólo una broma. Pero que no se aleja de la realidad, según las pruebas de Pisa con respecto a la comprensión lectora de los paraguayos, etc.
Columnas
La aventura de aprender
Tengo una idea. La inteligencia convierte lo que es información en conocimiento que sirve para algo útil.