Nos encontramos en un momento de dificultades graves, en parte porque cada día resulta más complicado discernir la verdad, distinguiéndola de los infundios; lo que dificulta abordar los desafíos globales apremiantes y lograr un progreso tangible. Podemos reunirnos todas las veces que queramos unos con otros, pero la confianza es esencial para dar cualquier paso, sin dejar a nadie atrás. Esto es vital para hermanarnos, lo que requiere estar abierto a todos los interrogantes. Indudablemente, nada puede hacerse sin esperanza y tampoco sin certeza, lo que requiere una buena dosis de clemencia, al menos para renovarnos y avenirnos.
Columnas
La acción colectiva como esperanza
Los moradores del orbe estamos llevando al planeta a límites peligrosos. Reconocerlo ya es un primer avance. Tenemos que salir de este afán y desvelo destructor. La inseguridad es manifiesta, nos está dejando sin ilusión alguna.