La persona con este perfil psicológico, tiende a menospreciar el trabajo realizado, por no considerarse merecedor de las metas alcanzadas, considerándose un “ impostor “, generalmente originado en una baja autoestima o falta de seguridad, que le hace sentir indigno de los éxitos logrados.-
Las causas principales que motivan este tipo de sentimientos, son entre otras, la falta de valoración de las habilidades y competencias propias, considerándose incapaz de llegar a las metas propuestas, o una vez alcanzadas, sentir que las mismas no llenan las expectativas esperadas. A nivel de las personas con un perfil profesional elevado, la inseguridad se manifiesta en la creencia de que no sabes de lo que hablas; que eres un fraude o de que tus trabajos carecen de contenido.
En este mundo globalizado en que la competencia profesional adquiere mayor preponderancia cada día; en el que la forma de medir la capacidad de los profesionales se basa justamente la seguridad demuestra el técnico respecto del trabajo que realiza, este comportamiento es muy dañino, ya que el miedo al fracaso limita en extremo la proactividad de la persona respecto al desarrollo de sus habilidades, causando un estado de frustración que se evidencia, tanto en el desarrollo de sus funciones, como en el comportamiento del mismo al exponer sus posturas.