Pedrito era un chico vivaracho y risueño, de una habitual mirada inquisidora. No tendría más de unos 9 años. Pero él tenía una honda preocupación: tratar de pescar un error a su maestro.
Columnas
El gorrión de Pedrito
No porque un hecho sea repetido por todos o una usanza sea generalizada, signifique que el mismo sea correcto, conveniente o acertado.