Una información de la que no se suele escribir ni leer mucho es el carácter de la actual Reina de España. Entiendo el motivo, por el respeto que merece el regio personaje. Pero más allá de toda comprensión, a veces es una lástima cierto sigilo y reserva, la verdad, porque la Reina, al final de todo, es una persona, un ser humano, con unas fortalezas muy claras que la definen y que es bueno que los ciudadanos conozcan. No es un asunto baladí conocer el talento de una persona; de hecho, la cercanía emocional, la empatía y la aceptación necesitan del conocimiento. Para Sócrates, de hecho, sólo había un bien -el conocimiento- y un mal fundamental a evitar: la ignorancia.