He estado ahí, en ese momento al atardecer, cuando el lunes amenaza y el fin de semana se escapa. Esa “crisis de domingo” es más que una simple incomodidad: es una alerta de nuestro cerebro, un aviso de que nuestra relación con el trabajo podría no ser la mejor.
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Crisis de domingo a la tardecita: ¿Amigo o enemigo del trabajo?
En Paraguay, "lunero" significa "lunes amargo"; pero, en realidad, cuando no tenemos una buena relación con el trabajo, somos nosotros quienes nos volvemos amargos el lunes.