Cuando somos niños, padres, maestros y la mayoría de los adultos que se nos cruzan, derraman sobre nosotros una catarata de estímulos negativos impresionante.
Columnas
167.900 estímulos negativos
Cuando somos niños no conocemos imposibles. De repente un día comenzamos a reptar y sin que nos demos cuenta, días después estamos erguidos y comenzamos a caminar.