“Ser madre es el título más noble, sublime y completo que puede tener una mujer. En mi caso, enviude a una muy corta edad, mis hijas aún eran muy pequeñas y fueron ellas en todo momento mi inspiración, motivación y fortaleza, para que hoy pueda ser quien soy a nivel profesional. Sin lugar a dudas, ellas me dieron el mejor de los títulos”, confesó la vicerrectora de administración y finanzas de la Universidad Católica.
¿Cómo logró equilibrar su papel de madre con sus compromisos laborales?
Nada es fácil en la vida, todo requiere de sacrificios y renunciamientos, pero cuando uno de verdad anhela algo, se propone y lucha por ello, yo siempre fui de pensar que era mejor la calidad de tiempo que compartía con mis hijas a que la cantidad, ya que si no estaba con ellas era para poder brindarles luego una educación de calidad, que siempre fue lo que quise para ambas y hoy las dos son profesionales con alta formación, y lo más lindo para mi es verlas realizadas como madres, profesionales y docentes.