La final de la Copa Sudamericana representa una oportunidad excepcional para posicionar a Paraguay como un destino turístico. Sin embargo, este evento también evidencia nuestras carencias en infraestructura: apenas 60.000 personas deciden venir por un fin de semana, y nuestra capacidad hotelera, tanto en Asunción como en las ciudades vecinas, colapsa por completo.
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Estar preparados
Cuando se planteó esta idea a las autoridades aeroportuarias, estas la descartaron calificándola de extraordinaria y poco probable de repetirse. Este enfoque es un error. Eventos de esta magnitud deberían ser habituales en una ciudad con el potencial para albergar encuentros corporativos y deportivos.