Por esta razón realizó la apertura de su propia fábrica así como el lanzamiento de su marca a la que denominó “Rattan”.
“Tener una fábrica nos dio más libertad de poder fabricar nuevos y novedosos modelos”, dice Melgarejo.
Invirtieron un capital estimado de G. 50 millones para aumentar su stock y poder disminuir el tiempo de espera para entregas de los pedidos. Al mismo tiempo que analizaron minuciosamente los detalles que llevaría los diseños que hoy proponen para fabricación de sus muebles y al mismo tiempo equipó el lugar donde trabajaría.