EL CRONISTA-ARGENTINA
“Cuando iba a la escuela no encontraba opciones y me pasó lo mismo cuando empecé la facultad”, recuerda. Entonces puso manos a la obra y fundó Un Rincón Vegano, su emprendimiento con el que hoy produce más de 1 millón de alfajores por año.
La cocina de la casa de su madre, en Berazategui, se convirtió en su laboratorio en 2014. Tenía 19 años y acababa de empezar a estudiar Escenografía en la Universidad Nacional de La Plata. En su tiempo libre hacía tartas, empanadas y tortas veganas y las vendía en ferias. Pero no tenía el éxito esperado: “Al principio no me quería comprar nadie porque en ese momento decías que era ‘verano’ y muchos no sabían lo que significaba”.