Antes de adentrarse en totalidad a las cookies, ella y su novio comenzaron haciendo canastas de desayunos para días festivos. Como el día de la madre, los enamorados, aniversarios y más. Empezaron promocionandola entre familiares y amigos.
“Logramos satisfacer a los clientes superando nuestras propias expectativas, lo cual fue un empuje positivo para continuar con el negocio e ir innovando”, comenta.

Al final de ese año surgió la idea de hacer galletas navideñas, siendo esa su primera experiencia con las cookies decoradas. Esto nuevamente superó sus expectativas. A partir de ese momento decidió explorar más a fondo. Durante el proceso aprendió a ser autodidacta con rece-tas ya que no podía acceder a cursos. Perfeccionó tanto la técnica hasta tener el resultado buscado.