Así se gesta el proyecto Codornito, que inició hace cinco años. Este joven emprendedor asumió el desafío de jugarse al todo o nada y comenzó a comercializar huevos de codorniz. De profesión veterinario, adquirió experiencia en una empresa avícola.
“Inicialmente intenté emprender en otros rubros, como el engorde de pollos parrilleros y la producción de huevos. Diversas circunstancias hicieron que no sean un éxito. Fue en ese momento que decidí dedicarme a algo más pequeño, en donde pueda tener mayor control”, relató.
El nombre Codornito nace con la idea de impulsar el consumo de huevos de codorniz en los niños. Esto, teniendo en cuenta que la población adulta y joven ya conoce en mayor medida sus bondades y propiedades.