El Papa Francisco, fallecido ayer a los 88 años, deja un legado que trasciende lo espiritual para incidir de manera profunda en el ámbito económico y social, especialmente en países en desarrollo. Su pontificado estuvo marcado por una visión disruptiva y una cercanía inédita con los pueblos latinoamericanos, promoviendo una economía más humana y solidaria, y estableciendo con Paraguay y en especial con sus mujeres, una relación de afecto y compromiso pocas veces vista en la historia reciente de la Iglesia.
Editorial
Un pontificado de cercanía, justicia y transformación
La relación del Papa Francisco con Paraguay fue especialmente estrecha y significativa. Su visita al país en 2015 marcó un hito histórico, siendo la segunda vez que un Papa pisaba suelo paraguayo y su paso dejó una huella imborrable en la sociedad.