Todas las fórmulas fallaron. El reparto de itinerarios no sirvió para nada. El resultado de esta acción prebendaria movida por las más primarias influencias políticas en los asuntos de Estado, desembocó en tal enredo de rutas de cobertura que es imposible concebirla como una red de servicio al ciudadano sino más bien como el resultado de una puja salvaje de negocios particulares que poco tienen que ver con un auténtico sistema de transporte público: Asunción y conurbano están en manos de una horda de acarreadores a quienes lo único que los mueve es la recaudación diaria.
Editorial
Transporte: barajar y dar de nuevo
Queda claro que si el Gobierno central no mete la mano y lidera una transformación drástica del transporte público para convertirlo en un auténtico servicio al ciudadano, Paraguay no terminará de salir de la edad media.