Noruega tiene un territorio de 400.000 kilómetros cuadrados y algo más de 6 millones de habitantes. Satisface su demanda energética en un 93% con centrales hidroeléctricas. Esos son los únicos tres puntos de contacto que compartimos con los nórdicos. A partir de allí, los caminos se separan y las cosas no podrían ser más opuestas.
Editorial
Nos agobia el cortoplacismo
Los noruegos saben que el petróleo habrá de acabárseles un día. Por eso ya empezaron a mudarse del hidrocarburo a las renovables. Por aquí, nos sobra energía eléctrica pero gastamos fortunas en petróleo. Nos agobia el cortoplacismo teniendo todos los recursos para pensar, por lo menos, a mediano plazo. Lo malo es que es tiempo perdido que no tiene repuesto.