Leche de marihuana, gelatina de marihuana y unas recetas que pueden encontrarse en cualquier sitio web sólo con teclear Cannabis sativa. Mezclándolas es posible obtener sustancias con diversas graduaciones de tetrahidrocannabinol o THC (el agente psico activo) para lanzar al mercado dos líneas de productos: un aceite de virtudes medicinales y, en manos criminales, una bandeja con concentraciones variables de THC para el denominado uso recreacional. De hecho, la marihuana y sus derivados se pueden fumar, comer, beber o inhalar, de dónde se deduce el abanico de productos comestibles o inhalables que se puede buscar en un mercado en explosiva expansión en cuanto a variedad de su productos, todos conteniendo distintas concentraciones de THC, según el uso e intensidad de efectos que se busque.
Editorial
La nueva “gastronomía” del THC
Tras la intoxicación de tres niños en Alto Paraná con derivados cannabinoides, el Instituto Nacional de Alimentación y Nutrición (INAN) lanzó una alerta sobre la circulación de cierto producto comercial de nombre Ghost, una gelatina con contenido de THC que no posee registro sanitario en Paraguay