Los incendios de pastizales y bosques chaqueños están siendo atendidos con una mezcla de bolsones de silencio y algunas cautelosas declaraciones de autoridades locales y nacionales. Primero se otorgó protagonismo exclusivo a los siniestros procedentes de Bolivia. Pero luego funcionarios de INFONA y MADES reportaron focos generados dentro de propiedades en el Chaco, identificando a una de ellas como origen de los frentes criollos de llamas. Lo que no queda claro es si tales fuegos fueron parte de alguna quema controlada (Ley 6.818) como parte de un plan de cambio de uso de suelo (Ley 422) contenido y supervisado dentro de la política nacional de manejo integral del fuego. Decimos esto porque, como queda demostrado, existe marco legal suficiente como para saber cuándo y cómo utilizar el fuego a favor de algún desarrollo agropecuario y sin correr el riesgo de extenderlo a áreas protegidas o más allá de lo que permite dicha legislación.