El cambio climático ya no es una proyección lejana para nuestro país y la región, es una realidad que erosiona los cimientos de las economías. Con pérdidas anuales estimadas en aproximadamente 500 millones dólares por sequías, un incremento de 1.5 °C en la temperatura media desde 1960, y una reducción potencial del 2% del PIB anual hacia 2100, el país enfrenta un desafío que combina vulnerabilidad ambiental, dependencia agropecuaria y riesgos sistémicos para su desarrollo.
Editorial
El cambio climático es una amenaza económica que demanda acción urgente
El sector energético, dependiente de hidroeléctricas como Itaipú, también es vulnerable. Proyecciones indican que aumentos de temperatura y cambios en las precipitaciones podrían reducir la generación eléctrica en un 12% para 2050, afectando exportaciones y suministro interno.