El Gobierno espera que la campaña sojera 22-23 alcance 11.200.000 toneladas, tras un calculo de variables que le permite llegar a una producción récord, históricamente hablando. Los propios productores, en cambio, se darían por satisfechos si arañaran las 10 millones de toneladas. Eso implicaría un esfuerzo considerable luego de perder el 67% de la producción anterior por falta de lluvias y la sequía derivada. En el ciclo 21-22 se esperaban 10.500.000 toneladas y apenas se logró recoger 3.420.000. No es moco de pavo que 7 millones de toneladas de soja se conviertan en rastrojo o en cobertura para una siembra posterior. De renta, los productores pasaron a acumular deudas y a tener que arbitrar recursos para enfrentar las obligaciones emergentes de la campaña que será lanzada este fin de la semana.
Editorial
¿De dónde sale tanto optimismo?
La actitud del Gobierno sería elogiable si el optimismo lo ejerciera desde una ventana menos conflictiva que el Presupuesto General de la Nación.