“Las crisis generadas por los impactos ambientales son grandes oportunidades de negocio”, dijo un día ante el Congreso un alto jerarca del área de energías renovables de Itaipú. Y hasta fue olfativamente más específico. “Allí donde huele mal hay oportunidades de negocios, ya sea en las curtiembres, frigoríficos, basurales, etc, cuyos efluentes no están bien tratados y generan polución ambiental”. Y aunque se cuenta el milagro pero no el santo, digamos que esto ocurrió hace unos generosos 13 años. ¿Cuántos emprendimientos se iniciaron después de estas sabias deducciones ante aparentemente interesados legisladores? Ninguno. Dos años después de este episodio anduvieron por aquí unos coreanos que después de examinar Cateura y emitir un diagnóstico preliminar, pusieron pies en polvorosa y jamás volvieron.
Editorial
Basura: las mejores ideas aquí no andan
Pensar en una gestión eficiente de residuos sólidos aquí no camina ya que 6.000 personas viven de “ganchear” entre la basura de Cateura.