Estados Unidos alcanzó el techo de su deuda pública el 19 de enero de este año, el cual estaba fijado en US$ 31,4 billones, (la cantidad máxima que el Congreso le permitió al Departamento del Tesoro) y ahora busca una nueva cifra, pero la discusión se ha extendido.
En los últimos 70 años este límite se elevó 78 veces y en 2011 provocó que el país perdiera su calificación crediticia internacional. La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, dijo que en caso de no llegar a un acuerdo se podría producir un impago.
“Hemos aprendido de los impases de límites de deuda pasados que esperar hasta el último minuto para suspender o aumentar el límite de deuda puede causar un daño grave a la confianza de las empresas y los consumidores, aumentar los costos de endeudamiento a corto plazo para los contribuyentes y afectar negativamente la calificación crediticia de los Estados Unidos”, declaró Yellen.