Profumo estaba al servicio de Su Majestad como ministro de Defensa cuando se enredó en una aventura sentimental con la Keeler. Nada del otro mundo, si no fuera que la chica prestaba los mismos servicios a un tal Yevgeny Ivanov, agregado naval soviético en Londres. La guerra fría llevaba 16 años de vigencia y Occidente veía espías debajo de las macetas. Lo prueba el hecho de que el ícono de la saga 007, el Satánico Dr. No, se había estrenado en 1962 en la capital inglesa. La gente estaba muy sensibilizada sobre una hipótesis de conflicto con la URSS.
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Vida privada de personajes públicos
Desde mi punto de vista, la polémica sobre la vida privada de los servidores públicos quedó saldada en 1963 con el caso John Profumo-Christine Keeler, que acabó con medio gobierno británico de entonces.