No te habías dado cuenta. Es que nunca es sencillo darse cuenta de eso: las respuestas están en el horizonte de nuestra mirada. El negocio más redituable a corto, mediano y largo plazo está al alcance de tu mano. Un pedrusco áspero y opaco es, sencillamente, un diamante maltratado, ninguneado: nadie lo ha visto. Clavado en tus suelas, unido a tus pasos. Nadie lo notó ni lo sacó a la luz, no hubo un artesano buscando su facetado más eficiente ni su pulido cuidadoso. Es como descubrir una ventana nueva, abrirla y ver un río de oportunidades allí donde había un desierto. Y no es ilusión, es tu realidad. Se trata de lograr valorizar tu compañía a través de la certificación de las buenas prácticas. Imaginemos un grupo de empresarios trabajando junto a sus asesores profesionales para que las cualidades de sus respectivas empresas, productos, servicios, administración financiera y hasta sus fortalezas estratégicas, queden establecidas a la vista de los restantes actores del mercado. Que conste, sus empresas cumplen. Exhiben todos los sellos de calidad que los legitiman ante cualquiera en el mercado.