Es más, actualmente se va imponiendo el “hacer las cosas bien” como una señal de identidad, valorada ya no solamente por los colaboradores, progresivamente es el mercado, los clientes, proveedores, competidores y autoridades competentes, quienes exigen. Los atributos de una marca se van entrelazando con las buenas prácticas de quienes la explotan. La empresa está comprometida, expuesta en las redes sociales y los medios de comunicación, tutelada por normas y jerarquías, más visible ante gremios, asociaciones y consumidores. La veleidad acelerada de la opinión pública y sus diversas magnitudes y alcances, influye mucho, quizás hasta en demasía, pero el hecho es que se demanda, en casi todo el mundo, eficiencia con buen comportamiento.
Columnas
Salud y seguridad en el trabajo: Claves para una empresa
Superávit, seguridad, salud y sostenibilidad son las cuatro eses que no se deben ni conviene eludir en la vida empresaria del siglo XXI. El “deber ser”; el cumplimiento de las normas; la atención a valores morales y principios éticos; la empatía y el genuino respeto por los demás no antagonizan con la eficiencia empresarial.