Las demás obligaciones… se verá. El Gobierno se la ha tomado con los mayoristas del sector alimentos y les carga toda la responsabilidad de los aumentos. Por lo tanto, luego de probar mil y una maniobras para contener los precios, decidió una “jugada maestra”: desgravar la importación de comida, misión que encargó al mercado central de abasto de Buenos Aires, que dispondrá además de divisas suficientes para el operativo, privilegio del que no gozan otros importadores.
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Más loco, imposible
Comprar comida es hoy, para los argentinos, una aventura de riesgo. El asalariado estándar no sabe si su ingreso le alcanzará más allá del día 15 sólo para llenar la heladera.