No sabe trabajar en equipo, le dificulta formarse en cooperativas, sociedades, etc. Por eso los cambios cuestan mucho y más todavía trabajar un proceso de cambio que no sea de forma impuesta y abrupta. Existen varios motivos por los cuales algunos sectores pueden oponerse a una constitución. Urge un análisis de varios puntos que nos lleve a reestructurar las reglas de convivencia para los tiempos que vivimos.
Lo más común es que algunos sectores de la sociedad tienen intereses y privilegios establecidos que podrían ser afectados por una nueva constitución. Esto incluye grupos económicos poderosos, élites políticas o sectores que se benefician de la situación actual y les asusta perder sus privilegios. Por eso se resisten.
Otro elemento para algunos sectores puede ser el oponerse a una nueva constitución por temor a lo desconocido y la incertidumbre que podría generar. El miedo es un gran freno que nos paraliza y no nos deja ni debatir temas que nos puedan beneficiar. Por eso temen.