Había una vez en una granja una gallina muy maternal que siempre buscaba cuidar a los suyos. Un día, mientras paseaba por el campo, se topó con un nido abandonado con cuatro huevos grandes y blancos. La gallina, movida por su instinto, se acurrucó sobre los huevos y comenzó a empollarlos, convencida de que pronto tendría unos pollitos.
Columnas
La gallina que empolló patitos
Había una vez en una granja una gallina muy maternal que siempre buscaba cuidar a los suyos. Un día, mientras paseaba por el campo, se topó con un nido abandonado con cuatro huevos grandes y blancos. La gallina, movida por su instinto, se acurrucó sobre los huevos y comenzó a empollarlos, convencida de que pronto tendría unos pollitos.