El conflicto es inherente al ser humano. Donde hay personas, hay diferencias, tensiones y choques de intereses. Sin embargo, después de muchos años acompañando organizaciones, he notado que hay empresas donde los conflictos se sienten como parte natural del trabajo y otras donde parecen multiplicarse, generar clima tóxico y frenar cualquier intento de mejora. Como si algunas fueran “más humanas” que otras.
Columnas
ICR: índice de Conflictos Recurrentes
No se trata solo del carácter de los empleados o de su habilidad para gestionar diferencias. Hay un patrón organizacional que se repite en aquellas empresas donde los conflictos son los mínimos.