La primera referencia documentada a los vinos de hielo data de 1858. Fue la primera vez en que granos de uvas congeladas se recogieron y fueron prensados en Schloss Johannisberg - Alemania.
El verdadero vino de hielo (Eiswein) proviene de uvas congeladas de manera natural que se han mantenido en la vid, hasta que la temperatura baja suficientemente (como mínimo hasta -8ºC, preferiblemente -12ºC / 16ºC). Entonces, la uva se recoge y se transforma en vino dulce.
Lograr una buena elaboración de este tipo de vinos dulces supone para los productores un gran reto poco habitual en la producción de los otros vinos secos. La producción de vino de hielo es un proceso extremadamente delicado, que requiere grados considerables de paciencia y nervios de acero, porque algo puede fallar entre el final de la vendimia y la recolección de la uva helada.