En muchas organizaciones, el “bombero corporativo” es visto como un héroe. Esa persona que, en medio del caos, logra apagar incendios, resolver crisis inmediatas y sacar a la empresa del apuro. Sin embargo, este constante “salvar el día” puede ser un síntoma de una cultura tóxica, donde la verdadera raíz de los problemas jamás se aborda.
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El Triángulo del Fuego: Cómo el salvador corporativo fomenta el ciclo de problemas
El problema está en que la satisfacción de "apagar incendios" es efímera. Cuando un bombero corporativo es efectivo, recibe elogios, pero esa victoria rápida y superficial oculta la falta de una solución duradera.