Había una vez un rey que gobernaba un reino próspero, pero tenía un defecto fatal: evitaba los problemas en lugar de enfrentarlos.
Columnas
El Rey y la Rata
Si el presidente no actúa con firmeza y permite que la plaga siga creciendo, llegará el día en que el pueblo se levante. Y entonces, como aquel rey que subestimó la amenaza, podría encontrarse frente a su propio final.