El 29 de setiembre del 2023 escribí en el diario Última Hora que el Paraguay necesitaba una nueva ola de independencias, del tutelaje peajero argentino, de la mafia infiltrada del Brasil; pero hoy con otro escollo a superar. Diversificar sus exportaciones yendo hacia productos y servicios con mayor valor agregado. Le llamo la independencia en sus exportaciones de productos primarios dependientes del clima. El ministro de economía anuncia en la semana pasada que S & P eleva la calificación país a BB+ por lo que debemos sentirnos felices acercándonos al grado de inversión. Y tal como ya avisó, 2,2 mil millones de dólares sería la nueva deuda por emitir en el 2024, una buena parte pareciera que es para pagos de algunas cuentas atrasadas y otra parte para recomprar deudas mejorando las condiciones con nuevas emisiones. Todo esto, en un momento en el que las recaudaciones del DNIT no estarían elevando la presión tributaria, al contrario, baja la presión, para generar más recursos genuinos en momentos en que el PIB se motoriza, pero, sin tocar porcentaje de impuestos, sólo mejorando su eficiencia en los controles. En tiempos también en los que las noticias de malgastos en recursos humanos y robos en gobiernos locales arrecian. Uno de los modos es el de los nepobabies. Falta entonces otra independencia para el Paraguay. O un choque de gestión, para no decir un nuevo golpe de Estado. El objetivo es la independencia financiera para ir hacia el triple equilibrio fiscal, monetario y cambiario.