- “¡Hola, Jacinto! ¡Cómo estás, querido amigo?... ¿Te pasa algo?”, le dije a la salida del club donde habitualmente concurrimos.
Columnas
El domingo más amargo de Jacinto
- “¡Hola, Jacinto! ¡Cómo estás, querido amigo?... ¿Te pasa algo?”, le dije a la salida del club donde habitualmente concurrimos.