Con el tiempo, nuestra misión ha evolucionado y, en ocasiones, se ha inclinado hacia los esfuerzos humanitarios. Sin embargo, durante los últimos dos años de reformas, volvimos a centrarnos en nuestro mandato fundamental: impulsar el desarrollo y reducir la pobreza. En vista de los recursos que se necesitan para lograrlo, el sector privado debe participar activamente.
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El desarrollo es la manera en que competimos, crecemos y preservamos la seguridad
El Banco Mundial no nació del altruismo, sino de un diseño estratégico. Su propósito original, configurado por los intereses de Estados Unidos, era forjar un panorama económico mundial propicio para la inversión del sector privado. No se trató de un acto de caridad; fue un paso calculado para promover el crecimiento económico y prevenir la inestabilidad.