Cristino Miranda, hijo de la fallecida, se refirió a unas condiciones que van más allá de un periplo para llegar a la humillación total. Al hecho de trasladar el cuerpo en la carrocería de una camioneta, se sumó que el viaje que debió haber sido de unas pocas horas, superó el día entero -en las condiciones ya descritas- por la intransitabilidad de los caminos. Lo cual, para las comunidades indígenas de la zona significa que la pobreza que los acompaña durante la vida, los sigue humillando más allá de su muerte.
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El asfalto no solo se mide en kilómetros, también en vidas humanas
En febrero del año 2021, doña María Juana Royg, una mujer indígena de la comunidad Ishir, falleció tras una complicada enfermedad en el Hospital Regional de Concepción, tras haber sido trasladada desde el departamento de Alto Paraguay. Tras su muerte, sus restos fueron trasladados en la carrocería de una camioneta hasta Vallemí y, desde allí, en una embarcación hasta Puerto Casado donde le aguardaba otro vehículo para llevar el féretro hasta la que había sido su comunidad.