En los últimos dos años la mayoría de los países vinieron realizando un gran esfuerzo en términos de estímulo fiscal que pueda ayudar a disminuir el impacto de la pandemia sobre la economía.
Se hace necesario que el proceso de racionalización alcance también al gasto público, de forma a poder dar un “respiro financiero” a la coyuntura desfavorable actual, realizando ajustes fiscales de forma racional y socialmente amigable.
Según analistas económicos, Paraguay estaría perdiendo alrededor del 4% de su producto interno bruto (PIB) a causa de los gastos superfluos, lo que en términos monetarios ronda los 1.600 millones de dólares, que en moneda local representa más de 11 billones de guaraníes, que nos vendría muy bien si se pudiera hacer una reorientación y redireccionamiento al fortalecimiento de nuestra salud pública, calidad educativa e investigación y desarrollo.