Como primer punto cumplir con las expectativas sociales. Peña prometió una agenda con sentido social, centrada en la igualdad, la paz, el medioambiente, los derechos de las mujeres y la reivindicación de los más desfavorecidos. El gran reto no es cómo implementar lo prometido, sino cómo financiarlo. Para lograr un cambio profundo en la gobernanza y la sociedad, habrá que negociar con el sistema.
Como segundo punto, la economía depende del campo. Los cimientos productivos están basados en la riqueza de la tierra, ya que apenas hay industria en el país. El problema está en los factores climáticos que afectan a la producción agropecuaria, y hacen que el crecimiento económico suba y baje.
Como tercer punto, la informalidad laboral. Dos de cada tres trabajadores paraguayos están en el sector informal. Eso significa que sus actividades no tienen acceso a un contrato, ni a un salario mínimo, ni a los beneficios sociales. Tampoco no tienen cómo defenderse ante condiciones adversas, como una enfermedad grave.