Sin embargo, debemos reconocer que casi cualquier proyecto de infraestructura causa algún tipo de daño social. De hecho, los grandes proyectos, especialmente aquellos en entornos sociales complejos, conllevan tanto promesas de mejora como riesgos. Las comunidades locales pueden verse impactadas de muchas maneras, tanto positivas como negativas. Y estos impactos rara vez se distribuyen de manera equitativa.
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¿Cómo afectan los proyectos de infraestructura a la salud y bienestar de las comunidades?
Cuando pensamos en proyectos de desarrollo de infraestructura, como carreteras, líneas de transmisión, plantas de tratamiento de agua o instalaciones de gestión de residuos sólidos, nos vienen a la mente imágenes positivas. Estos proyectos tienen como objetivo mejorar la conectividad, el acceso a mercados y servicios, la seguridad energética, los servicios de agua y saneamiento y más oportunidades y calidad de vida, todos ellos muy necesarios.