Con ellos, la organización de estas carreras ha ido en aumento, con un calendario nutrido y diverso en cuanto a distancias, lo que nos lleva a recibir constantemente propuestas de éstas, por lo que creí conveniente (en mi carácter profesional del área y a la vez amateur de la práctica del running*) compartir algunos puntos que creo podemos como marcas, empresas considerar al momento de evaluar nuestra participación en las mismas.
Valores: Mas allá de las tradicionales estáticas, banderas en la largada/llegada y ocupar espacios es conveniente entender que estamos ante una disciplina, el deporte que es transversal a todas las categorías y si bien no seamos una bebida que hidrata o ropa deportiva específica para la práctica, podemos encontrar razones más que validas para unir nuestra marca al evento, en los valores que estos representan. No en vano Coca-Cola se ufana de ser el sponsor más longevo de las Olimpiadas. Desde la salud, los gastos de ahorro en prevención de salud pública, el compromiso, la responsabilidad, camaradería, el competir contra uno mismo, el hacerlo a tu ritmo, a tu manera, por citar solo algunas puntas son excusas ideales para desarrollar una alianza estratégica a largo plazo con lo que sean corridas de calle, independientes a la distancia.
Visibilidad y contenido: Además de la presencia de marca básica que ofrecen, una vez que hemos identificado los valores que nos son pertinentes, estamos ante la posibilidad de crear contenido muchos meses antes (que coincide con el lanzamiento de las carreras) relacionado a la preparación que conlleva alguna distancia en particular y adueñarse con tiempo, lo que nos permite desarrollar conceptos que sirvan para contenido diferenciado en nuestras redes sociales, tanto orientado para el atleta como a su círculo más cercano, familiar y amigos. Sin contar que quienes participan por lo general son un medio en sí mismo compartiendo el estilo de vida que han abrazado y sus beneficios, sensaciones.